lunes, agosto 25, 2008

Recuperación de la identidad a partir de entender la existencia desde lo que somos

Transmodernismo una propuesta al imaginario colectivo
Vanessa Armendáriz

El desarrollo a lo largo del globo terráqueo ha sido marcado e impuesto por las sociedades que en su momento fueron las potencias colonizadoras, que desde hace 500 años comenzaron la repartición del mundo. Naciones que evolucionaron en sociedades industriales y fueron desarrollando un concepto de Estado modernos que fue material de exportación e imposición en naciones que fueron antiguas colonias. Tiempo después de independencias viene el Imperialismo a tomar el lugar de explotación, mientras las reglas del sistema van cambiando, siempre con los mismos actores privilegiados y otros cada vez más dependientes. Se establecen nuevos ordenes y se juega con la democracia. Todas las sociedades siguen el ritmo de esta modernidad y su línea inmediata, la posmodernidad, donde a algunas funcionó por completo, mientras que otras nunca pudieron realmente adaptarse a este paradigma, creando sincretismos, realidades con características híbridas y dejando vacíos espacios donde, finalmente la modernidad no ha sido capaz de adentrarse porque no responde a las realidades culturales, económicas, políticas o sociales de algunos pueblos (que hoy en día representan la mayoría de la población del planeta) aunque pareciera todo lo contrario.

Colonización
La historia para los países colonizados fue la misma, sobre todo en América Latina, como bien señala Eduardo Galeano en uno de los capítulos de su obra sobre la colonización que tiene por título “ La pobreza del hombre como resultado de la riqueza de la tierra” resulta muy lucido para describir cómo fue la explotación de la tierra, los efectos destructivos en las economías latinoamericanas por el mal uso agrícola, la apropiación de los recursos en medio de la destrucción cultural y el adoctrinamiento católico que las comunidades nativas tuvieron que sufrir, una forma de dominación y sometimiento

Como sabemos, lo que siguió a esta historia fue el establecimiento de un gobierno en el continente, comandado aún por las coronas de los países colonizadores, en medio de una mezcla cultural donde el predominio de lo occidental como forma de organización y socialización se fue implantando, a la par el intento de destrucción de los rasgos culturales locales. Lo que sobrevivió resultó ser la mezcla y el legado cultural vigente hasta nuestros días.

Poco a poco, estas nuevas colonias fueron desarrollándose, y Occidente abasteciéndose, y es en el momento de vulnerabilidad de Europa donde se van logrando las Independencias, no sin antes haber establecido un orden político, la implantación de la imagen de estado modernos en las –nuevas naciones- que conciben a la modernidad y a la industrialización como el camino del progreso.
Una de las grandes locuras de nuestros tiempos
es la de indagar cuál es teóricamente el gobierno más conveniente a la
naturaleza humana y querer imponerlo después a todas las
naciones”
señalaba JOSÉ MARÍA LUIS MORA en El Observador,
12 de Mayo de 1830
Los legados de todos los procesos de dominación y sometimiento sobre nuestras sociedades, han dejado huellas evolucionadas en la memoria histórica y social de los pueblos, que incluso, son difíciles de superar como muchos, que en caso mexicano señala Octavio Paz en su obra el laberinto de la soledad, como sentimientos de inferioridad, desesperanza, soledad... Todo en un contexto de subdesarrollo, porque la idea de progreso que se persigue también resulta insostenible y esclavizante a la dependencia.

Modernidad

Es un proceso que se geste en Occidente, en el que la razón juega un papel fundamental en la sociedad. Inicia antes de la sociedad industrial y se regenera y evoluciona después de la revolución industrial y el establecimiento del capitalismo, de los cuales se vale para expandirse.

Este proceso se entiende en países como el nuestro mediante dos lógicas:
a) su carácter global y acumulativo (desarrollo de técnicas, conocimientos, instrumentos, clases, ideologías, instituciones, etc.). b)su carácter expansivo (proceso que se origina en Europa occidental y luego se propaga como forma imperialista por todo el mundo).
Las realidades actuales hacen más urgente la necesidad de replantearse esquemas y antiguas concepciones referente sobre todo al progreso, por ejemplo Gabriel Zaid, en un artículo titulado –El progreso en bicicleta- señala El gigantismo siente que lo generoso es ofrecer a todos el mejor modelo de vida, que es el suyo: mucha escolaridad, experiencia en grandes operaciones, cumplimiento de formalidades y acumulación de méritos demostrables para ir ascendiendo hasta posiciones estelares. Esta generosidad es poco práctica. Piensa en una solución utópica, imposible o indeseable para millones de personas. Sirve para ignorar otras vías de plenitud humana, que sí son posibles y muchos prefieren. Refiriéndose como gigantismo a las nuevas tendencias derivadas de la modernidad creadas en occidente para el mundo, lo cual como bien señala es indeseable para millones de personas y van en contra de esa consecución de plenitud humana, de un verdadera progreso.
Existe la necesidad de un nuevo pensamiento
Por lo anterior, se hace una revisión a los último estudios de análisis y filosofía política, en los que un nuevo termino aparece y revoluciona la estructura de pensamiento: el transmodernismo, que rechaza la universalidad de la realidad actual de la humanidad y más bien, se trata de explicar al mundo desde la posición propia, es decir, desde sí mismo(estado latinoamericano, estado mexicano).

El filosofo y crítico inglés Ziddaun Sardar en su artículo –Islam y occidente en un mundo transmoderno- describe el concepto de la siguiente manera. “
El transmodernismo va más allá de la modernidad; trascendiéndola. A diferencia del postmodernismo, no es una proyección lineal. Podemos entenderlo mejor con la ayuda de la "teoría del caos". En todo sistema complejo –sociedades, civilizaciones, ecosistemas, etc.- existen muchas variables independientes interactuando de infinitas formas. ... capacidad de crear orden a partir del caos. Esto se produce en un punto de equilibrio.. El transmodernismo es la transferencia de la modernidad desde el límite del caos hacia un nuevo orden social. Así pues, el transmodernismo y la tradición no son dos cosmovisiones opuestas, sino una síntesis novedosa de ambos. Podemos definir un futuro transmoderno como una síntesis entre una tradición que estructura la existencia –y que es susceptible de cambio y transición- y una nueva forma de modernidad que respeta los valores y los estilos de vida de las culturas tradicionales. Es en este sentido en el que las comunidades tradicionales no son premodernas, sino transmodernas.”

De esta manera y por su naturaleza, el transmodernismo se ve identificado por una serie de luchas compartidas en contra de la opresión, la exclusión, donde la pobreza y la lucha ecológica pasan a ser cuestiones centrales en el desarrollo de la vida humana y a ocupar espacios de producción cultural, social, filosófica y económica.

Identidad a través de un anhelo de reivindicación y trascendencia
El transmodernismo, es explicado y desarrollado por Enrique Dussel y Ziddaun Sardar, el primero de éstos propone una ética de la liberación que atiende a una filosofía de la liberación, que viene a ser considerada como algunos, como una clara muestra de producción filosófica social y latinoamericana que debe ser difundida.

Eduardo Galeano al final de su libro –las venas abiertas de América Latina, muestra de una manera ejemplar y clara lo que el transmodernismo supondría como responsabilidad política de los pueblos. "El actual proceso de integración no nos reencuentra con nuestro origen ni nos aproxima a nuestras metas. Ya Bolívar había afirmado, certera profecía, que los Estados Unidos parecían destinados por la Providencia para plagar América de miserias en nombre de la libertad. No han de ser la General Motors y la IBM las que tendrán la gentileza de levantar, en lugar de nosotros, las viejas banderas de unidad y emancipación caídas en la pelea, ni han de ser los traidores contemporáneos quienes realicen, hoy, la redención de los héroes ayer traicionados. Es mucha la podredumbre para arrojar al fondo del mar en el camino de la reconstrucción de América Latina. Los despojados, los humillados, los malditos tienen, ellos sí, en sus manos, la tarea. La causa nacional latinoamericana es, ante todo, una causa social: para que América Latina pueda nacer de nuevo, habrá que empezar por derribar a sus dueños, país por país. Se abren tiempos de rebelión y de cambio. Hay quienes creen que el destino descansa en las rodillas de los dioses, pero la verdad es que trabaja, como un desafío candente, sobre la conciencia de los hombres".
Lo que pienso..

“Escribir la
historia, fue y sigue siendo, en muchos países de Hispanoamérica, más que una
actividad universitaria: un acto político
en el sentido
etimológico de la palabra: el ciudadano defendiendo su polis, narrando la
epopeya de los héroes que la fundaron y exponiendo los planes que le darán
properidad”
Francois-Xavier Guerra en su libro “El olvidado siglo
XIX” Balance De la historiografía sobre Ibero América
.



En la actualidad es evidente esta falta de reinvención del pensamiento, del llamado “pensar sobre el pensar” que piden los académicos de ciencias sociales, no hay suficiente producción filosófica, y nuestros preceptos no evolucionan, ni nuestra manera de ver el mundo. Esto me hace pensar que existen sectores a los que no les conviene replantearse las cosas, replantearse el mundo. La aceptación de los conceptos ya existentes nos hacen ver con ojos ajenos la vida humanidad y se borra automáticamente la colectividad. Hoy todo es individual e impregnados del posmodernismo, el consumo abarca la mente de las personas.

Qué nos espera, hablando en un lenguaje de Wallerstein reproducido por Dussel a los de la periferia, si el pensamiento y la realidad que se ha producido aquí dista mucho de ser al menos considerada como digna y buena para la vivirlo socialmente. Y es que la historia se empezó a gestar y Occidente empezó a decidir todo.. y lo sigue haciendo. Todos aquellos observadores simplemente del lenguaje y su evolución en las sociedades modernas pueden ver cada vez más los símbolos importados o impuestos por las entidades del centro, que abundan en los diálogos de los jóvenes y que rigen pautas de conducta.

Y aunque todo pareciera estar más perdido que nunca, hoy en día se renuncia a la universalidad falsa con que todo se quiere medir y probar y seguir “desarrollando”, al menos hay propuestas para hacerlo, cada día funcionan menos las reglas impuestas por los poderosos y ya no sólo es el pensamiento sino los recursos naturales, las insostenibilidades sociales y las injusticias lo hacen menos requeridos.

Evidentemente un cambio de concepción del mundo, una apertura a nuevos valores rescatados a través de la historia y de una valoración digna del presente como lo supone el transmodernismo, un intento por ver más allá de todos los modelos impuestos no es fácil, los rezagos quedaron ya en la cultura de naciones enteras, de sectores en particular, y las dinámicas durante siglos se han reproducido. Por lo tanto, que en la voluntad, en la inteligencia, en las revoluciones personales y sociales, en la difusión y adentramiento dentro de las raíces de cada uno de los en mi caso, latinoamericanos, el rescate de la identidad y las transformación conceptual y material desde hoy.

Dice Enrique Dussel, en su escrito “20 tesis sobre política” que dirige especialmente a los jóvenes, que esta nueva teoría no puede responder a los supuestos de la modernidad capitalista y colonialista de los 500 años, que no puede partir de los postulados burgueses ni del socialismo real, aludiendo que lo que se necesita es una nueva civilización transmoderna y por ellos transcapitalista más allá del socialista y del liberalismo real que redujo el poder aun tipo de ejercicio de dominación y la política a una forma de administración burocrática.

Sí, personalmente creo que se propone una revolución, porque es lo que se necesita para cambiar las estructuras de dominación vigentes y empezar a construir la historia de los pueblos que en algún momento fue interrumpida con una historia diferente. Es la aceptación de esta mezcla, de esta nueva historia de mestizaje, de dónde podemos partir para realizar los cambios que nacerán de una idea. Y es que así tiene que ser, si somos incapaces de pensar la realidad, replantearnos las estructuras y descubrirnos, si el simple hecho de hoy imaginar algo nos resulta una tarea imposible, de esa magnitud será la capacidad de proponer y transformar la realidad colectiva o empezar a verla desde nuestros propios ojos, empezar a crear en el imaginario colectivo y convertirlo en una propuesta en construcción de una nueva sociedad trascendente y apropiada de su realidad.

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